A veces el remolino de mis sentimientos
esconde mi sonrisa.
A veces el acecho de mis recuerdos
roba el brillo de mis ojos.
A veces el ruido de los silencios
aturde mis oídos.
A veces los amores extraviados
golpean mi corazón.
A veces mis esperanzas rotas
oscurecen mi alma.
A veces la negra pena
es mi reflejo en el espejo.
Y es que a veces, paso a paso,
se va transformando en siempre.
miércoles, 25 de febrero de 2009
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